"¡Que tengas un buen día Karen!"

Cientos, tal vez miles de personas pasan junto a él cada día, a todas horas.

Casi nadie se fija en el, ya que van sumidos en sus propios asuntos. Tal vez calculando si llegaran tarde al trabajo, o pensando que habrá de comer en casa. 

Tal vez.

Pero el sigue ahi, incólume, simpatico, presto todos los dias a cumplir su cometido.

Se trata de un cartelito, en formato graffitti, que reza simplemente un "¡Que tengas un buen día, Karen!"

Y aunque no seas Karen, no puedes evitar sonreir al leerlo, por el simple hecho de que alguien se tomó la molestia de desearle un buen día eterno.

Fué un enamorado, me atrevó a fantasear. Y aunque no sea Karen, sonrío, porque aun hay lugar para el amor y los buenos deseos en el mundo.

La vida sin ti.

El día 8 de este mes, durante la mañana, uno de los amores de mi vida murió.

Pasamos la noche anterior juntos, sin abrazarnos. Acompañandonos simplemente. Sus ojos dorados se clavaron en los mios, y permanecimos asi durante horas.

Mi alma tomó su pequeño espiritu en brazos y caminaron juntos en la profunda noche, por las calles desiertas, mientras todos dormian.

No lloraban ni sonreian, simplemente realizaban aquella ultima caminada, la cual sabian de antemano que realizarian juntos. 

Al llegar a determinado punto, donde todo se lleno de niebla, y el cielo se quedo sin estrellas, el se despidio de mi. Con una última mirada me sonrió con los ojos y me quede maravillada de su profundidad.

-Yo también te amo.- le respondió mi alma con un ligero temblor de voz. Su pequeño espiritu saltó de mis brazos y sin mirar hacia atrás se perdio en las penumbras. Regresé sola a casa. Mi alma era ahora pequeña, casi tanto como lo era la primera vez que nos vimos.

Al despertar, su cuerpo se habia refugiado debajo de la cama. 

Alli fui a buscarlo.

Con un estremecimiento también, su cuerpo se despidió del mio.

Hasta siempre Silvestre, se que volveremos a vernos.

Yo te diré porque me atraen los ositos viejos.

Siento especial atracción por los ositos viejos, sin importar cual sea su forma o tamaño.

Me atraen como el poder de un imán,  que me invita a pensar que fué de los mios.

Mis ositos viejos reposan ahora en una bolsa, a salvo de la humedad, la suciedad, y basicamente, para no estorbar en el poco espacio que hay en mi casa.

Sus dias gloriosos de ser acurrucados, abrazos y besados sin cuartel, perduran solamente en mis recuerdos.

Una enorme osa marrón, como unica sobreviviente de aquel mundo surreal, me observa desde su rincón, con su ahora unico ojo de plastico azul traslucido. 

Me pregunto entonces, como aquello se perdió.

Como se perdieron los ositos de peluche y las pelotas de fútbol destrozadas a fuerza de patadas y potreros.

Me pregunto si la vida de los niños del 2000 va mas allá de los focos de la computadora.

Una voz cantarina, imperiosa, decididamente infantil, me saca de mis cavilaciones.

- ¡Vamos a jugar a las maestras!

Y alli se pierden las dos, con toda la frescura de sus 8 años, arrastrando un pizarron verde, a las profundidades del patio.

Hecho en Buenos Aires

Hecho en Buenos Aires es una revista (pequeña, practica) que distribuyen solamente un personal autorizado, que son, generalmente, personas en situación de calle.

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Un día a la vez.

Un verdadero Hombre- Lobo

Existe un grupo de autores al que he acertado en llamar "Los grandes" . No sólo porque escribieron obras cumbres en  la historia de la literatura universal, sino por los profundos mensajes que encierran cada uno de sus libros.
Siempre me jacte de poder leer un libro de doscientas páginas en dos horas (sobre todo en la pubertad... ja!) Esto es cierto y sin embargo, se trata de un logro vacio. No se trata solo de leer un libro, sino de entender e interpretar,a nuestro modo, el mensaje que quiso dejar el autor. Para alcanzar este emnsaje, a veces es necesario leer más de una vez el texto, y fué eso precisamente lo que tuve que hacer con las obras de Jack London.

Este es él, brillante escritor.

Aunque podría triunfar como actor hoy en día

Y los mensajes que dejó este hombre, son increibles. Calificado por los críticos de su éòca como "una bestia salvaje que disrutaba del sufrimiento y la violencia", enseñó en sus libros sobre valores tan elevados como la libertad y el amor, enfrentados en un duro choque con la realidad.

Colmillo Blanco, por ejemplo, emana en un principio un salvajismo feroz y puro, para encontrarse luego con su  "maestro de amor", y quedo demostrado que el amor vence al orgullo.

En "Miguel, hermano de Jerry", London quiso denunciar la crueldad a la que son soemtidos los animales amaestrados y lo dejo claro en el prefacio. Pero hubno más que eso en el libro: la tonta ambisión de los buscadores de tesorors, invirtiendo enormes fortunas en la caceria de un tesoro que jamás encontrarían; la maldad pura t calculadora del doctor Emory; y sobre todo, el amor incondicional del bien amado Steward, quien logró por medio de cariño, que Miguel efectuara purebas que el látigo de Collins jamás llego a apreciar.

Por último leí "La voz de la sangre" y Buck me enseño sobra una firmeza de caracter a toda prueba, la lucha por la supervivencia en un mundo hostil y el ansia de la libertad, que también habita en el corazón de los hombres.